Anticipándose a la tormenta que se avecina el 1o. de noviembre con la salida del esperado Super Mario Galaxy, las tiendas japonesas toman sus precauciones, y han solicitado a Nintendo al menos un primer embarque de 700,000 unidades para darse abasto con la demanda de miles de consumidores. Si recordamos las ventas que ha cosechado New Super Mario Bros. (NDS), que tan solo en Japón ya pasa de los 4.7 millones de unidades vendidas (10.5 millones si nos referimos a términos mundiales), dicha cantidad suena lógica, aunque hay quien juzga que incluso peca de austera. Pero es difícil cuantificar cuanto venderá esta nueva aventura del fontanero en una consola casera que apenas inicia su ciclo de vida.
New Super Mario Bros. significó un regreso a las raíces de la serie, en el medio en que Mario es amo y señor: el género de plataformas. Ahora, Super Mario Galaxy es un nuevo intento de la Gran N de provocar una revolución, como lo hizo Super Mario 64 (N64) hace 11 años antes. Lo más destacado de esta nueva entrega, son los múltiples y variados mundos esféricos (o semiesféricos) que recorre la mascota de Nintendo, que parecen extraídos directamente de esa genial obra infantil de Antoine de Saint-Exupéry, titulada El Principito. Según se tiene entendido, su idea proviene del demo de Super Mario 128, mostrado hace varios años en el Space World: pero Satoru Iwata, actual presidente de la compañía, revela que el concepto es muy anterior, ya que escucho al mismo Miyamoto hablar de éste cinco años atrás.
Para un proyecto de semejante envergadura como lo es este nuevo título de Mario, se necesitaba de un equipo talentoso: la elección fue EAD Tokyo, que después de poner a prueba su capacidad con Donkey Kong: Jungle Beat (GCN), está estaba más que demostrada: así que este solo era otro paso en una dirección correcta. El fruto de varios años de planeación y esfuerzo, próximamente estará en nuestras manos.