Originalmente, la revista Play había revelado el 14 de diciembre, que la próxima aventura de Lara Croft, conocida como Tomb Raider Underworld, estaría limitada al PS3, Xbox 360 y PC. Sin embargo, esto no es así: por medio de un comunicado oficial, SCi Entertainment y Eidos Interactive aclaran que no solo los poseedores de estos sistemas podrán disfrutar de la que vendría a ser la octava entrega de la serie, sino que también se tienen planeadas versiones para el PS2, Wii y NDS, trasladando la fecha de salida del mes de junio, a la temporada invernal. El desarrollador a cargo del proyecto será nuevamente Crystal Dynamics, que también estuvo a cargo de Tomb Raider: Legend y Tomb Raider: Anniversary, reedición de la primera aventura de esta heroína.
Por lo que se ha dado a conocer, esta vez la misión de Lara Croft será recorrer el Sureste de México, descubriendo portales entre este mundo que conocemos y otro subterráneo, los cuales se abren durante los cinco días del Uayeb marcados en el calendario maya. Sin embargo, no estará limitada a nuestro país, sino que también podrá recorrer lugares tan disímbolos como son Australia, la Isla de Pascua, Roma (Ciudad del Vaticano incluida), Mesopotamia y el Triángulo Dorado, tierra sin ley a donde el tráfico de opio esta a la orden del día. Vaya elección de locaciones, bastante diferentes y exóticas entre sí. Se maneja que los cuerpos de los enemigos eliminados permanecerán en su sitio, y que los entornos tendrán elementos destruibles que permanecerán así después de haber sido afectados. Falta ver si estas características no están limitadas a ciertas plataformas,
Sería deseable que esta vez Crystal Dynamics decidiera mejorar aún más la versión para Wii, aprovechando en verdad la potencia extra que ofrece la máquina, y que no simplemente fuera una aparente versión adaptada de la realizada para el PS2, solo con el extra de controlar las acciones del juego con el Wiimote+Nunchuck. Pero ese es el problema del que adolecen los títulos multiplataforma: a veces los desarrolladores no tienen tiempo para enfocarse en esos pequeños detalles que separan a un título de ser algo genérico para convertirse en un algo que merece la pena recordar a través de los años. Pero hay tiempo para poder pulir los detalles.